La música instrumental

Durante el Clasicismo, los compositores trabajaban para la aristocracia y componían adaptándose a sus gustos y necesidades.

Las características de la música instrumental de esta etapa son:

  • Utilización de melodías sencillas.
  • La textura es homofónica: una melodía principal con acompañamiento armónico.
  • Se utiliza con frecuencia un acompañamiento denominado «bajo de Alberti».

  • Caen en desuso instrumentos como el órgano,  el clavecín, la viola de gamba, el laúd y la flauta de pico. Surgen el pianoforte, el clarinete y la trompa. El violín y el violonchelo adquieren una mayor importancia.

La música instrumental del Clasicismo va a girar en torno a dos tipos de agrupaciones:

1. La música de cámara.

La música de cámara está compuesta para un grupo reducido de instrumentos.  Antiguamente la palabra cámara se utilizaba para designar una habitación o sala no muy grande.

Relegada hasta entonces a los salones de la aristocracia, la música de cámara comenzará poco a poco a difundirse en pequeñas salas de concierto y en casas particulares de la burguesía. Era frecuente que los compositores recibiesen encargos de música sencilla para que pudiera ser interpretada por aficionados.

Dentro de la música de cámara las formaciones preferidas fueron el cuarteto de cuerda  (dos violines, viola y violonchelo) y el quinteto de viento (flauta, oboe, clarinete, trompa y fagot).

2.  La música para orquesta.

Durante el Clasicismo la orquesta evoluciona hasta convertirse en uno de los medios de expresión más utilizados por los compositores.

A finales del siglo XVIII ya podemos hablar de un modelo de orquesta clásica  dividida en secciones (cuerda, viento y percusión). En esta concreción de la orquesta hubo un personaje que influye en gran medida: Johann Stamitz. Este hombre fue promotor y director de la “Escuela de Mannheim”, una escuela de música situada en esa localidad alemana que en su época contó con la mejor orquesta del mundo.

Las formas instrumentales más destacadas durante el Clasicismo son:

– La sonata. Es una composición para uno o dos instrumentos, habitualmente para teclado solista o para otro instrumento con acompañamiento de teclado.

La sonata consta de tres o cuatro partes, denominadas movimientos, que contrastan entre sí por su tempo, su estructura y su carácter. 

A continuación tienes el primer movimiento (Allegro)  de la Sonata en do mayor, nº 16, K.545, de Mozart.

 

– La sinfonía. Se trata básicamente de una sonata para orquesta. También se desarrolla en tres o cuatro movimientos que varían en tempo y carácter.

Aquí tienes la Sinfonía nº 101, «El reloj» de Haydn.

– El concierto. Es una forma musical basada en la alternancia entre un instrumento solista y toda la orquesta. Tenía la misma estructura que la sonata clásica en tres movimientos.

En un principio, el instrumento que más utilizaban los compositores para realizar el papel de solista eran el violín. Sin embargo, poco a poco se fueron escribiendo conciertos para otros instrumentos como el piano, el violonchelo, la flauta travesera, la trompeta o el clarinete.

En el siguiente vídeo tienes el Concierto para clarinete y orquesta en la mayor, K.622, de Mozart.

Consta de tres movimientos:

– Allegro (0:27)
– Adagio (12:58)
– Rondo (Allegro) (20:07)